viernes, 15 de enero de 2010

Ed Gein (In The Light Of The Moon)

(Ed Gein: A la Luz de la Luna)
Dirigida por Chuck Parello
Escrita por Stephen Johnston (basado en una historia real)
Con Steve Railsback y Carrie Snodgress
Música de Robert MacNaughton
Kunert/Manes Entertainment LLC
Estados Unidos - Portugal, 2000
89 minutos

Queridos lectores, permítanme hacerles una pregunta...¿alguno entre ustedes no sabe quién fue Ed Gein? De ser así, los voy a actualizar: Ed Gein fue uno de los más notorios psicópatas del siglo XX (no precisamente un asesino serial) que conmocionó al mundo occidental con su macabra historia en los años 50's. El asesino, ladrón de tumbas y, jejeje, diseñador industrial y modisto desató una ola de terror y fascinación cuando en su casa se descubrió un muy macabro espectáculo...muebles hechos con restos humanos, máscaras de caras humanas reales, narices disecadas, disfraces de piel de cadáveres desenterrados y una amplia colección de genitales femeninos mutilados. Y sí, como bien anunica el cartel de esta producción independiente, El Carnicero de Plainfield vino antes de Jeffrey Dahmer, de John Wayne Gacy, de Ted Bundy y Gary Ridgway. Toda una mina de oro para la industria del terror fue el señor Ed Gein y, para muestra, basta un botón. Habría que recordar todos los grandes villanos del cine de terror que están basados en su historia, como Norman Bates en la inolvidable Psycho, Leatherface en The Texas Chainsaw Massacre y Buffalo Bill en The Silence of the Lambs, entre otros; personajes que lograron explotar las más obscuras facetas de Ed Gein, exagerándolo a veces, ficcionándolo por completo en otras, pero en general con un buen resultado. En el caso de Ed Gein (In The Light Of The Moon), la idea fue mostrar lo que realmente sucedió en aquel pequeño pueblo de Wisconsin azotado por el terror. Adentrémonos pues en esta producción Estadounidense/Portuguesa.

Creo que, cuando estás realizando obras basadas en hechos reales, no puedes tomarte demasiadas licencias; menos aún si pretendes lograr objetividad en la historia a contar. En Ed Gein (In The Light Of The Moon), se tomaron demasiadas. Por ejemplo, una de las cosas fundamentales para entender la psicología y posterior desquiciamiento de Ed Gein es el papel que jugaron los padres en su vida, su padre siendo completamente impotente, débil y sumiso; la madre dominante, tiránica y fanática religiosa. Se muestra bien la parte de la madre y la obsesión de Ed Gein con ella (algo tratado sin igual en Psycho), pero mostrar al padre abusivo y golpeador como que no encaja, no concuerda con las cosas que pasaban por la cabeza del psicópata. Detallitos como este, imperceptibles para el espectador cualquiera pero obvios para el conocedor, abundan en esta película del año 2000, y dejan un mal sabor de boca. En mi opinión, gran parte del encanto de los personajes de esta naturaleza es entender su mente, su psicología, los hechos que los llevaron a cometer los crímenes que cometieron; cosas que están ligadas eminentemente con su familia, su infancia y su entorno. No modifiquen esas cosas, por favor, o destruyen al personaje. En fin.

La película está narrada durante la vida adulta de Gein (Steve Railsback), un poco antes de cometer los asesinatos de Mary Hogan y Bernice Worden (que, por alguna razón, se llama Collette Marshal en esta producción) y su infancia y juventud son explicadas a través de flashbacks y memorias. La madre, Augusta (Carrie Snodgress), aparece como un fantasma, como una visión que impulsa a Ed Gein a asesinar a las dos mujeres y continúa inculcándole su odio por las mujeres y su obsesión con la religión. La película se desahoga en torno a la percepción que el resto del pueblo tiene de Eddie, de lo inofensivo (aunque extraño) que lo creen, contrastando con su lucha personal de amor-odio con su madre y por ocultar las cosas que ocurren dentro de su casa y en sus frecuentes visitas al cementerio. La película, cronológicamente hablando, es coherente y en cierta manera fiel al desarrollo real de los hechos, con una narrativa un poco aburrida, hay que decirlo. No se, siento que en general la película es mediocre. Los personajes están muy débilmente interpretados, los efectos especiales son nefastos (yo se que es una producción de bajo presupuesto, pero por eso menos entiendo porqué meter efectos de arbustos incendiándose completamente innecesarios) y, lo que creo que más me molestó, fueron los escenarios. Si alguien ve fotografías de la casa de Ed Gein (que se destruyó en un incendio poco después de ser detenido), notará el potencial enorme que tiene para lograr buenos encuadres y contrastes de luz, algo similar a lo hecho con la casa de Norman Bates - cuadro de Edward Hopper. Pero, aún más, ¿se imaginan el potencial plástico y artístico que tiene el interior de la casa de Ed Gein? Algo tan macabro e impresionante tiene que ser explotado durísimo, simplemente no se puede pasar por alto. Bueno, pues en Ed Gein (In The Light Of The Moon) no lo consideraron de mucha importancia y terminaron con un set aburridísimo, sin chiste, sin las cualidades mórbidas que deberían caracterizar a un espacio de este tipo. Podría decir que esto es algo que caracteriza a toda la película: elementos interesantísimos de donde sacar muy buenas cosas, explotados medianamente y sin mucho atractivo.

Concluiré la crítica de hoy diciendo que Ed Gein (In The Light Of The Moon) se quedó en el intento de mostrar lo que quería, no consiguió explotar el tema al máximo y en general falló. Definitivamente pudo ser algo mucho mejor si hubiese tenido más idea estética, más poder en sus imágenes, no se, más fuerza en general. ¡Susto! y Aparte recomienda esta película solo si son muy aficionados al género Psicópatas/Asesinos Seriales y le da a la película hoy criticada dos y medio desenterrados diablos:


2 comentarios:

°venganza dijo...

La necrofilia es, como la mayoría de los conceptos, un instrumento de clasificación y análisis un tanto flexible, de forma que los objetos a los que podemos hacer referencia con esta son variables. Igual, dentro del grupo de conceptos que forman las parafilias, su existencia fuera de la teoría es espectral, por lo que no aparece de forma pura, sino como el rasgo de un complejo de perversiones, para el caso, de un psicópata.
El caso que presentas de Ed Gein (del cual, por cierto, no había oído hablar), es un ejemplo. En éste la necrofilia es un estadio provisorio que comienza a desintegrarse, sin dejar de estar presente, en el momento que acecina. Por otra parte, los asesinatos son igual una salida provisoria a un objetivo que seguramente no puede ser alcanzado.
Bueno, dejándome de choros, al leer esto recordé el personaje de “El necrófilo” de Gabrielle Wittkop y pensé en toda la complejidad del espíritu humano. Cómo un mismo rasgo puede tener aspectos totalmente diferentes, igual que un sonido en diferentes melodías, en diferentes estructuras armónicas o como un color en diferentes contextos. Aunque quizá esto sólo hace gala de la deficiencia de nuestros sistemas de lectura.
Pero bueno, a lo que voy es que el personaje de Wittkop es un necrófilo en estado más puro, toda la estructura psíquica del personaje se alinea a partir de éste. Pensando en esa forma, la necrofilia en estado más puro, no tanto como síntoma o como válvula de escape provisoria, en un ejemplo de humor un tanto negro, me resultan menos peligrosos los “necrófilos” que los políticos mexicanos. Digo, después de todo un necrófilo (usando el concepto en el puro sentido de parafilia) con bajo perfil sádico y con una personalidad poco agresiva, a lo más que llegaría es a robar un cadáver de donde le fuera posible. Su afrenta es más contra una cultura y una moral anquilosada. Moral, de la que formo parte, debo decir. Para nada me sería grato que un tipo se robara el cuerpo de algún familiar para satisfacer sus necesidades sexuales, pero siendo honestos, de que se cojan al cadáver de mi abuela a que tenga que vivir en la miseria o pagar una cantidad grosera de impuestos por la incompetencia de los gobernantes, o que tenga que vivir un estado de violencia por una guerra contra el narco que tiene de inteligente lo que nuestro presidente tiene de alto, pues mejor que se lleven el cadáver de la abuela. Bueno sí, no sería nada grato, evidentemente menos si es el cadáver de una persona a la que se ama. Pero haciendo una comparación a este nivel, sobre el daño que puede causar uno u otro, la relación entre un necrófilo y un político sería como la de un alacrán con su ponzoña contra una plaga de mosquitos que transmite un virus mortal.
Bueno ya me extendí mucho y no estoy aportando nada a la verdadera temática del blog. Están interesantes sus críticas, me daré otras vueltas. Por lo pronto, no soy fan de películas de sicópatas o de sicópatas que en particular son asesinos seriales, así que esta película no estará en mi lista de filmes por ver.

Saludos!

Dr. Acula dijo...

Gracias por tu comentario, Venganza, sin duda muy interesante. Ojalá que podamos contar con tus opiniones más frecuentemente y que te encuentres por acá una película que si se te antoje ver ;)