miércoles, 27 de enero de 2010

Carnival Of Souls

(Carnaval de Almas)
Dirigida por Herk Harvey
Escrita por John Clifford y Herk Harvey
Con Candace Hilligoss y Sidney Berger
Música de Gene Moore
Herts - Lion International Corp.
Estados Unidos, 1962
78 minutos


Ah, las joyas de los obscuros 60's, uno nunca sabe lo que le espera con ellas. Adquirí recientemente Carnival Of Souls en la edición de Zima Entertainment, parte de su colección "Películas de Culto" que, por cierto, es sumamente recomendable. Son DVD's que no cuestan más de $60 y que han hecho disponibles para el público mexicano películas que antes era muy, muy difícil conseguir, como Night of The Living Dead, Profondo Rosso, The House on Haunted Hill (la versión original con Vincent Price) y The Little Shop of Horrors, entre otras. Sin duda una excelente opción para todo coleccionista o quien simplemente quiera añadir un par de buenas películas de media noche a su acervo cinematográfico. Pero bueno, después de mi spot publicitario (por el que, les juro, no he recibido ni un centavo), adentrémonos en el mundo de esta producción de bajo presupuesto.

Carnival of Souls, amigos míos, es una película extraña, de narrativa poco convencional. La historia gira en torno a Mary Henry (Candace Hilligoss), una mujer joven y de peculiar belleza, quien sobrevive inexplicablemente a un accidente automovilístico (el auto en el que viaja con sus amigas se despeña de un puente y cae al lago). Después del incidente, consigue un trabajo en Utah como organista en una iglesia, y es ahí donde todo empieza a cambiar: Mary es constantemente acosada por una terrible aparición, la imagen espectral y pálida de un hombre que está en cada rincón, en cada esquina, en todos lados donde nuestra protagonista este presente; y más sucesos extraños comienzan a sucitarse: esos episodios deseperantes en los que nadie la escucha, todo se enmutece y es incapaz de comunicarse con la gente que la rodea, y su delirante obsesión con un parque de diversiones decrépito y abandonado. Todo lo que la rodea se vuelve ajeno, incomprensible, aterrador. Así, Mary intentará enfrentar la absoluta irrealidad en la que su vida se ve inmersa, debilitada por sus propios problemas existenciales y psicológicos, que llevarán la película a un twist ending delirante. Aunque hecha muy baratamente, con fotografía granulosa, un guión muy sencillo y actuaciones no muy destacadas, Carnival of Souls es una película sumamente efectiva y escalofriante, un hito en el terror psicológico.

No me gusta, sin embargo, catalogar esta película como de bajo presupuesto: Carnival of Souls no se trata de dinero ni de grandilocuentes valores de producción, sino de lo que se puede lograr con solo una cámara y aditamentos básicos de edición, el cine por el cine, podría uno decir. En este sentido, la película hoy reseñada tiene mucho de cercano a las ideas del cine puro, manifestadas a cabalidad en otros títulos como Citizen Kane, The Seventh Samurai y Battleship Potemkin. El espectador debe quedarse con la sensación de que no vió una película, sino que vivió una experiencia; no existe un solo elemento que sobre, todo es puro, básico, esencial. Gracias a estas ideas de fondo, la película logra funcionar en muchos niveles, siendo primero una excelente historia de fantasmas, luego un thriller psicológico con aires surrealistas y un análisis crudo de la indiferencia femenina, del frígido deshumanizarse de la mujer, y del puritanismo de la sociedad estadounidense. Me gustaría destacar, ya que estamos en esto, que por aquellos años Herk Harvey (documentalista), tenía la intención de filmar películas basándose un poco en el cine de Ingmar Bergman y de Jean Cocteau. Podría uno pensar, dada tal titánica ambición, que el producto hubiera resultado ser un absoluto fracaso, de un director desconocido y sin recurso alguno. Pero, ah, aquí entra el recurso más importante de todos, la imaginación, y tenemos que esta única película no-documental de Harvey es una obra maestra. Herk Harvey demostró en Carnival of Souls su magistral dominio de la cámara y la dirección, y una capacidad casi mágica de sacar algo de la nada. El director construye la película con un ritmo impecable, con un manejo de cámaras bellísimo. Siento, incluso, que Harvey creó en esta película estándares que serían explotados por el cine mainstream muchos años después, como la escena en la que los fantasmas bailan en el parque de diversiones: el ritmo acelerado, sobrenatural, irregular, escalofriante con el que se mueven y reaccionan los seres del más allá... ¿Qué se puede decir? No recuerdo haber visto una sola película de fantasmas de finales de los 90's-00's que no haya usado este concepto de una manera u otra. Qué escena tan aterradora, no saben. Es Perfecta. Estoy seguro que todo el que la haya visto en los 60's tuvo pesadillas.

Continuando, otra de las cosas que hace a Carnival of Souls toda una experiencia de ver es el arte visual, en general. Los escenarios que escogieron para esta producción son perfectos, nada menos. El famoso edificio este del parque de diversiones abandonado es una cosa única, horriblemente fantasmal, desolado, pero también poético y, en conjunción con la narrativa, un tanto sensual. Me recuerda un poco, de hecho, a los lugares en los que Stephen King plasma su prosa: este famoso edificio podría estar en Derry, Maine. También en otros aspectos, como el maquillaje minimalista de los fantasmas, se nota el talento de los artistas visuales. La película, por sus ya mencionadas cualidades puristas, logra que uno se meta por completo en ella, dejando a un lado un poco la mentalidad crítica, solo experimentando; y es así que cuando estos espectros se manifiestan en la pantalla de verdad que sobresaltan, asustan, tocan fibras muy adentro. De verdad, esto es fruto solamente de una dirección maestrísima, insisto. Vamos, la dirección es tan buena que logra que actores que no son tan buenos tengan un sentido en la pantalla: en vez de ver gente que no actúa muy bien, vemos gente que se comporta de manera extraña, obtusa, intranquilizante. En el caso de Candace Hilligoss, por ejemplo, se logra explotar muy bien su feminidad, su frialdad, su quasi-felina actitud... su indiferencia. Y, para terminar, la música de Carnival of Souls es un perfecto acompañante, música de órgano exclusivamente, editada muy bien con el resto del sonido (y no-sonido) de la película para contribuir a la atmósfera en la que nos sumerge... y que bueno que meniconé esto: si tiene una gran cualidad esta película, se llama atmósfera. Terrible, intranquilizante, escalofriante y obscura atmósfera.

Amigos míos, Carnvial of Souls es una película muy obscura, profunda y francamente aterradora. No es una película impecable, nótese, pues existen varias fallas de edición y timing por ahí, aunque estas se deben no a una falta de talento sino a una carencia casi abrumadora de recursos económicos. Pero, sin lugar a dudas, es una película merecedora del estado de culto que goza, muy digna de verse y absolutamente recomendable para todo aquel que se le antoje tener pesadillas de vez en vez. ¡Susto! y Aparte hoy reconoce a Carnival of Souls, por su fuerza, impacto e influencia con 4.5 inciertos y macabros diablos:


martes, 19 de enero de 2010

The Call Of Cthulhu

(El Llamado de Cthulhu)
Dirigida por Andrew Leman
Escrita por Sean Branney (basado en la historia de H. P. Lovecraft)
Con Matt Foyer y John Bolen
Música de Troy Sterling Nies, Ben Holbrook, Nicholas Pavkovic y Chad Fifer
Howard Philip Lovecraft Historical Society Motion Pictures
Estados Unidos, 2005
47 minutos

"La cosa más misericorde el mundo es, creo yo, la incapacidad de la mente humana de correlacionar todo su contenido. Vivimos en una plácida isla de ignorancia entre negros mares infinitos, y no se supone que viajemos lejos. Las ciencias, cada una tendiendo a su propia dirección, nos han hecho poco daño; pero algún día el unir fragmentos disociados de conocimiento abrirá panoramas de la realidad tan aterradores, y de nuestra temible posición en ellos, que o nos volveremos locos por la revelación o huiremos de la luz mortal hacia la paz y seguridad de una nueva edad obscura."

Con este ominoso párrafo comienza el célebre cuento The Call Of Cthulhu, escrito por el maestro del terror H. P. Lovecraft en 1926; mismo que, amigos míos, resume a la perfección el espíritu del corpus literario del genio de Nueva Inglaterra: el terror naciente de la incomprensión, de lo limitado de la mente humana ante la infinidad del universo, de un universo que le es completamente ajeno. En su obra confluye toda una serie de seres sobrenaturales, fuera de toda realidad medible y estudiada, un grotesco panteón de entidades cuya sola voluntad puede moldear las más firmes estructuras de la existencia; y todo aquel lo suficientemente sabio para verlo o entenderlo, perderá la razón, en el mejor de los casos. No hay héroes en Howard Philip Lovecraft. Fundamental para todo aficionado al terror o al gran arte en general, la narrativa de este autor sólo se ve precedida bajo nombres como Edgar Allan Poe o Ernst Theodor Hoffmann. Si nunca han leído algún cuento de su autoría, no tienen idea de lo que se están perdiendo... aterrador no alcanzaría para describirlo. Pero bueno, después de esta introducción, vámonos a lo que aquí nos reúne.

Ésta producción independiente de 2005 tuvo como eje dos ideas básicas: realizar la más fiel interpretación cinematográfica hasta la fecha de un cuento de Lovecraft (recordemos que la película fue producida por la misma Sociedad Histórica HPL), y hacerlo como se hubiera hecho en el mismo año en que se publicó, 1928 en este caso. El resultado es una película muda, en blanco y negro, filmada usando el proceso "Mythoscope" (creado por la HPLHS), una mezcla de técnicas antiguas y modernas. ¿El resultado en cuanto a calidad? Una de las películas más frescas y gratificantes que haya yo visto en mucho tiempo.

The Call Of Cthulhu sigue fiel y estrictamente la narrativa de su original impreso, apegándose incluso a sus capítulos: The Horror in the Clay, The Tale of Inspector Legrasse y The Madness from the Sea. La gran mayoría de los diálogos (cartelas, en este caso) son citas textuales del cuento, escogidas prudentemente para lograr contar la historia lo más claramente posible. En este sentido, ninguna licencia fue tomada, al grado incluso de que podríamos decir que el mismísimo Lovecraft supervisó la adaptación. Impecable. Los personajes, continuando, están muy bellamente caracterizados, desde el aterrado narrador hasta el demente Castro. Sin duda, veremos aquí un trabajo dignísimo de actores prácticamente desconocidos pero con un evidente amor a lo que hacen. El elenco de esta película logra reproducir ese histrionismo que caracterizó a los actores del cine de los años 20's, ese gesticular tan difícil pero tan poderoso. Y, si hablamos de poder, ¿qué podría decirse del diseño de arte? Brutal, simplemente. Hace mucho tiempo que no veía un ingenio tan agudo en una película, la manera en la que resolvieron el diseño de escenarios es verdaderamente extraordinaria; prácticamente nivel Caligari. Su versión de la ciudad hundida de R'lyeh está perfectamente lograda, consiguiendo un set terriblemente escalofriante, potente, plástico y poético; construído, nótese, sólo con papel, el mar hecho de tela ondulante. Toma nota, Michael Bay, de lo que la verdadera creatividad es capaz de lograr.

También destacado es el score sinfónico escrito para The Call Of Cthulhu, que logra traducir en sonido las siniestras cualidades que Lovecraft plasmaba en su escribir. Me gusta muchísimo, en particular, la música durante la secuencia en el pantano de Louisiana. Delirante, tribal, escalofriante, acompaña a las imágenes que vemos en un grotesco maridaje, presagiando los horrores por venir.

En general, queridos lectores de ¡Susto! y Aparte, esta adaptación cinematográfica es un triunfo estético como pocos ha logrado el cine de terror últimamente. Los efectos especiales no los defraudarán, los escenarios, como dije, están realizados por verdaderos y prominentes artistas y, yo se que quieren saber... El gran Cthulhu, hecho en stop-motion, los va a dejar boquiabiertos. Se los garantizo. Debo decir, amigos míos, que me encanta ver esta clase de maravillas del cine independiente; me encanta reafirmarme que la voluntad, el talento y la creatividad no conocen límite alguno. Ojalá hubiera en el mainstream más gente como toda la que trabajó en The Call Of Cthulhu, más gente comprometida con su trabajo y con el arte, pero sobre todo con su público, al que quieren entregar una obra de intachable calidad. Y sí, amigos míos, con dos centavos de presupuesto. De verdad, me quito el sombrero ante estos señores. Espero que puedan realizar más adaptaciones en un futuro, pues ya con esta sola se ganaron interminables ovaciones de pie en muchos festivales del mundo, y toda la simpatía de aquellos que amamos la obra de Howard Philip Lovecraft en general, y los Mitos de Cthulhu en particular.

Redundante al decirlo, ¡Susto! y Aparte recomienda esta película enérgicamente, y les recuerda que no está muerto aquello que puede eternamente yacer, y en extraños eones incluso la muerte puede morir. Véanla pronto, pues en su casa hundida en R'lyeh, Cthulhu el muerto espera durmiendo, no vaya a despertar y venir por ustedes antes de que conozcan esta película que hoy se va con cinco aberrantes, incomprensibles y ciclópeos diablos:

viernes, 15 de enero de 2010

Ed Gein (In The Light Of The Moon)

(Ed Gein: A la Luz de la Luna)
Dirigida por Chuck Parello
Escrita por Stephen Johnston (basado en una historia real)
Con Steve Railsback y Carrie Snodgress
Música de Robert MacNaughton
Kunert/Manes Entertainment LLC
Estados Unidos - Portugal, 2000
89 minutos

Queridos lectores, permítanme hacerles una pregunta...¿alguno entre ustedes no sabe quién fue Ed Gein? De ser así, los voy a actualizar: Ed Gein fue uno de los más notorios psicópatas del siglo XX (no precisamente un asesino serial) que conmocionó al mundo occidental con su macabra historia en los años 50's. El asesino, ladrón de tumbas y, jejeje, diseñador industrial y modisto desató una ola de terror y fascinación cuando en su casa se descubrió un muy macabro espectáculo...muebles hechos con restos humanos, máscaras de caras humanas reales, narices disecadas, disfraces de piel de cadáveres desenterrados y una amplia colección de genitales femeninos mutilados. Y sí, como bien anunica el cartel de esta producción independiente, El Carnicero de Plainfield vino antes de Jeffrey Dahmer, de John Wayne Gacy, de Ted Bundy y Gary Ridgway. Toda una mina de oro para la industria del terror fue el señor Ed Gein y, para muestra, basta un botón. Habría que recordar todos los grandes villanos del cine de terror que están basados en su historia, como Norman Bates en la inolvidable Psycho, Leatherface en The Texas Chainsaw Massacre y Buffalo Bill en The Silence of the Lambs, entre otros; personajes que lograron explotar las más obscuras facetas de Ed Gein, exagerándolo a veces, ficcionándolo por completo en otras, pero en general con un buen resultado. En el caso de Ed Gein (In The Light Of The Moon), la idea fue mostrar lo que realmente sucedió en aquel pequeño pueblo de Wisconsin azotado por el terror. Adentrémonos pues en esta producción Estadounidense/Portuguesa.

Creo que, cuando estás realizando obras basadas en hechos reales, no puedes tomarte demasiadas licencias; menos aún si pretendes lograr objetividad en la historia a contar. En Ed Gein (In The Light Of The Moon), se tomaron demasiadas. Por ejemplo, una de las cosas fundamentales para entender la psicología y posterior desquiciamiento de Ed Gein es el papel que jugaron los padres en su vida, su padre siendo completamente impotente, débil y sumiso; la madre dominante, tiránica y fanática religiosa. Se muestra bien la parte de la madre y la obsesión de Ed Gein con ella (algo tratado sin igual en Psycho), pero mostrar al padre abusivo y golpeador como que no encaja, no concuerda con las cosas que pasaban por la cabeza del psicópata. Detallitos como este, imperceptibles para el espectador cualquiera pero obvios para el conocedor, abundan en esta película del año 2000, y dejan un mal sabor de boca. En mi opinión, gran parte del encanto de los personajes de esta naturaleza es entender su mente, su psicología, los hechos que los llevaron a cometer los crímenes que cometieron; cosas que están ligadas eminentemente con su familia, su infancia y su entorno. No modifiquen esas cosas, por favor, o destruyen al personaje. En fin.

La película está narrada durante la vida adulta de Gein (Steve Railsback), un poco antes de cometer los asesinatos de Mary Hogan y Bernice Worden (que, por alguna razón, se llama Collette Marshal en esta producción) y su infancia y juventud son explicadas a través de flashbacks y memorias. La madre, Augusta (Carrie Snodgress), aparece como un fantasma, como una visión que impulsa a Ed Gein a asesinar a las dos mujeres y continúa inculcándole su odio por las mujeres y su obsesión con la religión. La película se desahoga en torno a la percepción que el resto del pueblo tiene de Eddie, de lo inofensivo (aunque extraño) que lo creen, contrastando con su lucha personal de amor-odio con su madre y por ocultar las cosas que ocurren dentro de su casa y en sus frecuentes visitas al cementerio. La película, cronológicamente hablando, es coherente y en cierta manera fiel al desarrollo real de los hechos, con una narrativa un poco aburrida, hay que decirlo. No se, siento que en general la película es mediocre. Los personajes están muy débilmente interpretados, los efectos especiales son nefastos (yo se que es una producción de bajo presupuesto, pero por eso menos entiendo porqué meter efectos de arbustos incendiándose completamente innecesarios) y, lo que creo que más me molestó, fueron los escenarios. Si alguien ve fotografías de la casa de Ed Gein (que se destruyó en un incendio poco después de ser detenido), notará el potencial enorme que tiene para lograr buenos encuadres y contrastes de luz, algo similar a lo hecho con la casa de Norman Bates - cuadro de Edward Hopper. Pero, aún más, ¿se imaginan el potencial plástico y artístico que tiene el interior de la casa de Ed Gein? Algo tan macabro e impresionante tiene que ser explotado durísimo, simplemente no se puede pasar por alto. Bueno, pues en Ed Gein (In The Light Of The Moon) no lo consideraron de mucha importancia y terminaron con un set aburridísimo, sin chiste, sin las cualidades mórbidas que deberían caracterizar a un espacio de este tipo. Podría decir que esto es algo que caracteriza a toda la película: elementos interesantísimos de donde sacar muy buenas cosas, explotados medianamente y sin mucho atractivo.

Concluiré la crítica de hoy diciendo que Ed Gein (In The Light Of The Moon) se quedó en el intento de mostrar lo que quería, no consiguió explotar el tema al máximo y en general falló. Definitivamente pudo ser algo mucho mejor si hubiese tenido más idea estética, más poder en sus imágenes, no se, más fuerza en general. ¡Susto! y Aparte recomienda esta película solo si son muy aficionados al género Psicópatas/Asesinos Seriales y le da a la película hoy criticada dos y medio desenterrados diablos:


viernes, 8 de enero de 2010

Visions Of Suffering (Angst)

(Visiones de Sufrimiento)
Dirigida por Andrey Iskanov
Escrita por Andrey Iskanov
Con Alexandra Batrumova y Alexander Shevchenko
Música de Alexander Shevchenko
Unearthed Films
Rusia, 2006
120 minutos

Antes de criticar Visions of Suffering en este tres veces H espacio, me di a la tarea de buscar otras críticas de la misma en la red, y me encontré con un fenómeno muy curioso pero también muy común en el mundo de la crítica de arte: la gente es muchas veces incapaz de catalogar estilística-teóricamente las obras que no entran en un patrón ya ampliamente estudiado. En la Arquitectura, por ejemplo, es muy evidente. A todos los "raritos", a falta de un mejor término, se les encajona como deconstructivistas (aunque abarquen obras y producciones tan dispares como las de Lebbeus Woods y Zaha Hadid), y pasa un fenómeno muy similar en el cine. La gran mayoría de las críticas de Visions of Suffering que me econtré la califican de surrealista y, peor aún, de lynchesca; lo cual habla no solo de una profunda falta de entendimiento de lo que es el surrealismo y la obra del gran David Lynch, sino de lo fácil que es engañar al público haciendo cosas raritas. Encontré críticas que incluso comparaban Visions of Suffering con peículas como Eraserhead, El Topo, Altered States y Jacob's Ladder y la calificaban como una película "peligrosa". Bueno pues, no hay nada más alejado de la realidad.

No existe absolutamente nada lynchesco (válgame, que término tan imprudente) en esta película rusa, no está pero ni tantito cerca de El Topo, no es surreal, ni "peligrosa" ni lo más remotamente aterradora. Es simple, fea y pretenciosamente amateur. Es solamente un intento de un mal director por hacer una película extraña para despistar a los cazadores de películas extrañas, una cosa sin pies ni cabeza que es un completo castigo ver. Voy a tratar, queridos lectores, de enumerar las fallas de Visions of Suffering lo más misericordiosamente posible:
  1. Para empezar no hay trama, no hay narrativa, no hay consistencia de ninguna especie. Por favor, pemítanme insistir: no estamos hablando de narrativa no-linear, surrealista o conceptual. Es solamente el tipo de historia que escribiría un niño para una tarea, con un enfoque "poco-ortodoxo" que resulta en inevitable fracaso. Imágenes inconexas, una idea base fracasada (un tipo que sueña con unos demonios-vampiro raros que, de la nada, empiezan a aparecer en el mundo real) y en general basura al azar que pretende antojarse de profunda, cuando no lo es.
  2. La fotografía es monstruosa, horrible (desde los créditos iniciales en que vemos un craneo 3D riéndose, sabemos que algo anda mal con esta película). Esperen 120 minutos de gráficas en 3D que ni siquiera están rendereadas, sin una sola idea coherente de color, movimientos de cámara, edición o efectos especiales. Estoy convencido de que esta película se post-produjo media hora antes de ser lanzada, no hay otra manera de explicar su completamente deficiente arte.
  3. Las actuaciones son ridículas, poco convincentes, no ensayadas, lejísimos de ser profesionales. Vamos, todo el elenco de REC2 podría darle clases de actuación a estos señores.
  4. La banda sonora debe ser una de las peores que he escuchado en mi vida. No es más que un continuo sampleo de clichés industriales/electrónicos, algo que solo podría ocurrírsele a un fan adolescente de Coil. Es una música abusiva, desesperante, que no tiene el menor pensamiento detrás.
  5. La película tiene una general carencia de entendimiento de lo que se está haciendo. Apuesto a que no hay una sola persona en el equipo de Visions of Suffering que haya tendio ni siquiera éxito mediano en la industria cinematográfica. Esta es una película pretenciosa, hecha por amateurs pretenciosos dirigida a una audiencia pretenciosamente tonta. Cualquiera con un mínimo de buen gusto posiblemente pueda sentirse ofendido con esta basura rusa, preguntándose cómo alguien puede insultar la inteligencia del público de esta manera.
Terminemos esto, amigos, diciendo que Visions of Suffering es un poquito más que una película casera, lo cual no tendría nada de malo si no fuese también increíblemente pretenciosa, aburrida, claustrofóbica, tonta, cliché, ridícula y absolutamente carente de talento. Vamos, esta película no vale ni siquiera el plástico en el que está contenida. Por ser una de las peores excusas de obra fílmica que he tenido el disgusto de ver en mi vida, y porque Andrey Iskanov se ha ganado a pulso un lugar honorífico junto a los Ed Woods y los Uwe Bolls, ¡Susto! y Aparte le da a esta película 0 lamentables y sin precedente diablos: